jueves, 23 de junio de 2016

Alejandro Finocchiaro, tenemos que reformar la escuela. Revista Educativa El Arcón de Clio




1. ¿Qué proyectos educativos le gustaría que se lleven a cabo a nivel provincial y que ya se hayan realizado en la Ciudad de Buenos Aires cuando usted cumplía funciones en el ministerio de C.A.B.A.?
A.F. : Estamos colocando el foco en la escuela primaria, relevando y viendo qué tenemos allí. También encaramos fuertemente lo que dijo el ministro (de Educación y Deportes de la Nación, Esteban) Bullrich, para que de aquí a cuatro años tengamos más chicos en el nivel inicial.
El gobierno de C.A.B.A trabajó mucho por la primera infancia, porque estamos convencidos de que tenemos que seguir trabajando para los más chicos, porque no es lo mismo un estado presente que un estado ausente. Y tenemos que trabajar para que de una vez por todas en nuestra querida República Argentina y en la provincia de Buenos Aires, el lugar geográfico donde uno nació, o la clase social de la familia en la que uno nació no termine marcando para siempre los destinos de nuestros hijos. Cuantos más años de escolarización inicial tengan los chicos más posibilidades de una mejor educación primaria tendrán. Tenemos que reformar la escuela porque las prácticas áulicas tienen que centrase más en el aprendizaje del alumno, tienen que posibilitarle al alumno que también genere conocimiento. Hoy necesitamos otra escuela, porque esa vieja escuela, donde el docente era activo y emisor del conocimiento y el alumno era pasivo y receptor, debe cambiar. Eso aburre a los chicos. Creo que con los nuevos entornos, en el contexto de la era digital, de la informática, tenemos posibilidades de que sea el alumno el que produzca esos conocimientos bajo la guía y la tutela del docente. Necesitamos chicos que se eduquen en la lógica del emprendedorismo, que tengan iniciativa, que sepan resolver rápidamente situaciones, que aprendan a trabajar en equipo, en forma interdisciplinaria. Tenemos que ir hacia esa escuela, esa es la gran escuela a la que queremos llegar, la escuela del siglo XXI.

2. ¿Debido a qué circunstancias comunicacionales piensa usted que siempre se habla de gasto en educación y no en inversión en educación?
A. F.  : Tenemos que invertir en educación y cuando digo invertir no me refiero sólo al dinero. Por supuesto que los educadores queremos más plata para educar, pero también es necesario invertir nuestro capital político para consensuar políticas, hacer reformas. Hay que trabajar, consensuar con los gremios, con los directivos, con los docentes, con las familias, porque sino todas las reformas educativas tienden a fracasar en el aula. Tenemos que invertir en infraestructura para que los chicos que van a la escuela tengan condiciones dignas. Tenemos que evaluar para saber en qué nos equivocamos, no solo los docentes, queremos saber en qué nos equivocamos los funcionarios que aplicamos políticas públicas, porque si no sabemos en qué nos estamos equivocando, no podemos mejorar.

3. Según su apreciación ¿Cómo logramos los docentes generar discusión, consensos y nuevas culturas de trabajo en las escuelas públicas?
A.F. : “En primer lugar, recuperando los valores que hicieron grande a la Educación; el mérito es un valor. El sistema educativo, le guste a quien le guste, es un sistema que premia al mérito, lo que no implica ser brillante, implica valorar el trabajo, el esfuerzo, la constancia. Tenemos que volver a educar con los valores que hicieron grande a nuestra educación. Una de las peores cosas que heredamos no es la economía, no es la infraestructura, es una cultura perversa que igualó a todos para abajo y eso no se puede permitir. Tenemos que derrotar esa lógica en educación de que hay una pedagogía del pobre y otra del rico. Hay que mejorar diferentes aspectos, en beneficio de ambos protagonistas de la educación: el docente y el alumno. A los docentes hay que reconocerlos, trabajar con ellos, que ellos se transformen en capacitadores y enseñen cuáles son sus buenas prácticas. En los últimos años se ha dado toda una cuestión con que el maestro es vago o que tiene cuatro meses de vacaciones o que no trabaja, y no es verdad, porque, la experiencia me indica que la mayoría de nuestros docentes son buenos docentes. A ellos que hay que acompañarlos porque trabajan muchas veces en condiciones muy difíciles, trabajan absolutamente exigidos. Muchas veces en vez de dedicarse a lo que se debe dedicar es psicólogo, el docente da de comer, el docente acompaña, el director tiene más tiempo dedicado en ver la fecha de vencimiento del yogurt porque si se le intoxica un chico lo sumariamos, en lugar de juntar a sus equipos para ver como enseñan fracciones en esa escuela. Entonces tenemos que tener un Estado inteligente, donde de a poco la escuela recupere no solo el rol de crear conocimiento, difundir ese conocimiento, aplicar ese conocimiento, trasladarlo y crearlo, porque ese conocimiento en las instituciones educativas tiene un ida y vuelta, entonces nosotros también aprendemos de las prácticas que hacen los otros.

4. ¿La gestión educativa es una de las claves para el mejoramiento de la educación en todos sus órdenes desde lo pedagógico hasta lo actitudinal?
A.F. : Nuestra consigna es que todos los chicos que van a la escuela tienen que poder aprender y cundo no lo logran hay que construir alternativas para que sí lo hagan. Lo que la sociedad contemporánea requiere de las nuevas generaciones es la capacidad de resolver problemas, extrapolar los conocimientos escolares a la vida cotidiana, armar con ellos un proyecto de vida, evaluar por sí mismos las ventajas y las contras de una situación y saber tomar decisiones. Se trata de preparar a los chicos y a los jóvenes para desenvolverse con soltura en un mundo que les exige cada vez más gestionar por sí mismos la trayectoria de su vida. El esfuerzo debe retomarse como un valor esencial en la formación de los chicos.
Ocultar la realidad es una estafa. Y desde una estafa inicial no se puede construir una Educación hacia el futuro: las raíces de cualquier fruto necesitan riego, negar que les falta agua, es negarles el crecimiento.

Gracias Señor Director de Educación de Buenos Aires.
Perfil de Alejandro Finocchiaro
Director General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires.
Es abogado, recibido en la UBA en 1993 y que acumula estudios de posgrado: Especialista en Educación de la Universidad de San Andrés (2001), luego Máster en Educación, con calificación sobresaliente (2002) y Doctor en Historia de parte de la Universidad de Salvador (2004). Especialista en Gestión Educativa y Magíster en Educación, egresado de la Universidad de San Andrés y Doctor en Historia por la Universidad del Salvador. Además, soy Profesor Adjunto de Teoría del Estado en la Facultad de Derecho de la UBA, Titular de Política Internacional Contemporánea en la UCES y Profesor Titular Regular de la materia Procesos Socio-Históricos Mundiales y Profesor Titular de Derecho Político en la Universidad Nacional de La Matanza.Durante su gestión porteña se abocó a la tarea de normalizar la relación con los diecisiete sindicatos de la educación con jurisdicción en la CABA.


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